Tranquila y en silencio

Tranquila y en silencio

Recuerdo esos días desolados en el cual meditaba y acto seguido me recriminaba por tener un trabajo que no quería y un sueldo el cual detestaba, me enojaba tanto que maldecía mi vida por eso. Me sentía muy fracasada, me esforzaba tanto por ser una buena profesional y no veía frutos, nadie me contrataba y me prepare para cuando reciba la oportunidad estar lista con todos los enseres requeridos.

Pasaba el tiempo y no ocurría nada: eso me consumía por dentro, veía como todos avanzaban menos yo, me preguntaba si Dios me odiaba o que si se había olvidado de mí.

 Mi mente solo estaba en tener dinero y una posición para vivir más cómoda vehículo propio, dinero para viajar y buenos restaurantes. No sentir la necesidad de que me falte algo, no tener que gastar en algo y por eso no poder disfrutar de otra cosa. Disfrutar de un rico almuerzo con mi familia y después no entristecerme porque me descuadre con el dinero del mes. Todos llenos de oportunidades de trabajo viviendo de sus talentos y ganando dinero, y yo en un estanque, no quería que ellos no tuvieran esas oportunidades, deseaba que me pasara algo igual.

Empecé a orar, más por deber que por placer, pensaba que si me acercaba a Dios el me daría todo lo que necesitaba decía: para que oro si nada pasa, iba a la iglesia de vez en cuando predicaba en el transporte público, poco a poco me alejaba del pecado, pero sentía la aflicción y venían esos pensamientos de crítica y comparación, no era el enemigo, eran míos, generados por mí, por eso es que debemos ser renovados por nuestros pensamientos. Tenía la idea que, si ganaba mucho dinero, fama y poder nadie me humillaría y me iban a tratar mejor, no podemos negar que es así.

Desde que las personas saben que eres rico o tienes cierto poder jerárquico te adulan por conveniencia. A los ricos les dan mejores tratos seamos sincero, siempre ha sido así. Tienen privilegios y lo hacen todo exclusivo. No deseaba ser rica solo vivir cómodamente.

Escuche a Dios en mi mente me dijo: quédate tranquila y haz silencio, me enoje bastante ¡como que tranquila quiero dinero! Estoy pasando trabajo en el transporte público, y de nuevo ese soliloquio de escasez que me recitaba, me quejaba estaba mente negativa frustrada y me alejé de Dios nuevamente dije si no me va a dar nada entonces para que estoy con el yo le sirvo y no me da nada, lo que tengo es más problemas.

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll to Top